El Naming
El Naming hace referencia a las técnicas de búsqueda del mejor nombre para una empresa, producto o proyecto.
El nombre es el primer signo de identidad, por ello la elección de un nombre adecuado para el negocio es el primer paso en la construcción de una imagen de marca. Naming es un término anglosajón que significa nombrar, utilizado en marketing para definir el primer paso necesario para dotar de significado a una marca: un nombre adecuado dice mucho de la marca, la hace más atractiva y, sobre todo, más reconocible. Las empresas y las marcas no existen sin un nombre. Pueden prescindir de logotipos e incluso cambiarlos cuando interese, pero no ocurre así con el nombre, que perdurará en el tiempo.
Factores a tener en cuenta en la elección del nombre
Aunque no hay recetas mágicas para la elección de una buena marca, algunas pautas nos ayudarán a encontrarla:
1.- Largo del nombre: Una sola palabra, o dos como máximo. Con la menor cantidad de sílabas posibles. Cuanto más simple y más corto sea el nombre, mejor.
2.- Lectura y Pronunciación: Debe ser fácil de leer y de pronunciar.
3.- Pregnancia: El nombre de la marca debe ser fácil de recordar.
4.- Significado y asociación cultural: Dependiendo del público receptor, el naming se realiza considerando diferentes aspectos propios de cada región, buscando un valor positivo en cada una de ellas. Hay palabras que dependiendo de donde se usen pueden tener un significado u otro. También debemos procurar que no suponga algo negativo desde la visión de género, raza, religión,… un error en ese sentido puede hacer que perdamos una gran cartera de clientes.
5.- Sugestión: Además de lo relativo al producto o servicio al que hace referencia, el nombre debe sugerir algo más en relación a los valores, a la experiencia que generamos cuando alguien utiliza nuestro producto o servicio, o entra en nuestra tienda. Con el nombre podemos transmitir valores como cercanía, profesionalidad, calidad, lujo, accesibilidad, sostenibilidad,…
6.- Creatividad: Es necesario dotar al nombre de una personalidad propia, original y personal. Podemos inspirarnos en los nombres de otros productos o empresas que nos gustan, aunque no sean del mismo sector, pero sin copiarlos, sino siendo originales y creativos.
7.- Legalidad: Es muy importante asegurarse de que la marca no exista ya. Para ello, podemos consultar en la Oficina Española de Patentes y Marcas. También deberíamos consultar el registro de dominios en internet, ya que con toda seguridad, necesitaremos registrar uno o varios dominios con el nombre elegido.
También es fundamental tener bien claro a quién vamos a dirigir nuestra marca para crear un nombre adecuado, atractivo, significativo y recordable para que nuestra marca sea más fácil de posicionar en la mente de los consumidores y de nuestros futuros clientes.
Resumiendo: El nombre ideal debe ser corto, pegadizo, fácil de pronunciar y fácil de recordar para el público objetivo. Un buen nombre debe insinuar el concepto, la esencia, el uso de la marca, producto, servicio… sin olvidarnos de que el nombre que elijamos nos acompañará toda la vida, y será determinante para el éxito de la empresa, del producto o del servicio que queramos lanzar.