El rótulo es un elemento muy importante para captar, mantener y potencialmente aumentar la clientela de un comercio.
El rótulo cumple importantes funciones para un negocio. La primera de ellas sería una función individualizadora, pero también, por su capacidad de atracción superior a la de otros elementos, cumple una importante función publicitaria. Su enorme fuerza de atracción puede potenciarse con originalidad y con sugestivas formas en su representación material.
Cómo llamar la atención con el rótulo
La relación entre publicidad y llamada de atención es directa. Llamar la atención del viandante es por ello una de las claves para diseñar un buen rótulo comercial que cumpla adecuadamente con su función publicitaria. Sabemos que a mayor impacto o sorpresa inicial, mayor probabilidad de que el mensaje quede grabado en la memoria.
Existen diferentes formas de llamar la atención, y una de ellas es la de mostrar algo especial. No existe mejor manera de llamar la atención que diferenciándose del resto.
El tipo de material con el que está fabricado el rótulo puede resultar de por sí llamativo. Con soluciones técnicas alejadas de materiales estandarizados logramos mayor impacto visual. La utilización de soportes singulares, letreros con forma de flecha o rótulos que adquieran la forma del producto ofertado, en definitiva abandonar el clásico formato rectangular adosado, sirven también como métodos para alcanzar singularidad y por por ello ganar en notoriedad. La adecuada elección de los colores, su contraste o saturación y la utilización de motivos gráficos, contribuyen en buena medida también al logro de estos objetivos.
La tipografía empleada es evidentemente esencial en los rótulos, de hecho, una parte importante del mensaje transmitido se encuentra implícito en el estilo tipográfico elegido. A la hora de trabajar con tipografías, deberemos tener en cuenta dos importantes conceptos: Legibilidad y Creatividad.
A partir de ahí «la imaginación al poder».
Los rótulos deben poder leerse muy rápidamente, y un exceso de información puede causar problemas. Cuanto más escueto sea el mensaje a transmitir, más posibilidades hay de que sea leído y recordado.
Esta idea debe prevalecer como principio básico en el diseño de un rótulo. No debemos olvidar que el contexto donde debe funcionar el rótulo es la calle, que normalmente se encuentra saturada de mensajes visuales dado la alta concentración de imágenes y estímulos que reclaman nuestra atención: Todo tipo de rótulos comerciales, vallas publicitarias y escaparates, señales de circulación, vehículos, etc.
Ante esta saturación de mensajes, las personas hemos desarrollado de manera un tanto inconsciente una especie de filtro perceptivo que obvie aquellos estímulos considerados de poco interés. Sólo aquellos mensajes claros y concisos lograrán prevalecer, por lo que cualquier mínima dificultad en su lectura hará que pocas personas se fijen en él.
En resumen: La brevedad y la claridad son también dos conceptos claves a tener en cuenta en el diseño y fabricación un buen rótulo.